Let’s go librarians! Nos toca abrir

LetsgoComo todos sabemos, el 28 de abril el Gobierno propuso el Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad (Plan de desescalada) para abandonar paulatinamente el confinamiento impuesto por el Real Decreto 463/2020.

La Orden SND/387/2020 contiene los requisitos generales para que las comunidades autónomas propongan al Ministerio de Sanidad acceder a cada una de las fases correlativamente. Sin embargo, las fases se van desgranando poco a poco según los distintos territorios los van alcanzando. En el ámbito bibliotecario, a nosotros nos afectan los siguientes artículos en las siguientes normas que regulan las fases:

  • Fase 1 – Artículos 23 a 25 de la Orden SND/399/2020, de 9 de mayo, para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 1 del Plan para la transición hacia una nueva normalidad.
  • Fase 2 – Artículo 24 de la Orden SND/414/2020, de 16 de mayo, para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 2 del Plan para la transición hacia una nueva normalidad.

Las primeras bibliotecas pudieron abrir el lunes 11 de mayo de manera restringida, el lunes 18 podremos abrir todas las demás. No obstante, tendremos que realizar previamente, entre otras tareas:

  • Limpiar y desinfectar las instalaciones, mobiliario y equipos de trabajo.
  • Prefijar las limitaciones de acceso a los OPACs y al fondo bibliográfico para los usuarios y personal no esencial.
  • Señalizar las medidas higiénico-sanitarias para el correcto uso de los servicios bibliotecarios.

En la fase 1, las actividades que podríamos desempeñar son el préstamo/devolución de obras, ofrecer información bibliográfica y bibliotecaria; y permitir el acceso a la sala de lectura a un máximo de un 30% de usuarios si las instalaciones permiten separar el área de trabajo de los profesionales y del fondo bibliográfico del resto del espacio.

La fase 2 añade la consulta en sala (que deberá será desinfectada cada vez que se utilice), acceso a los OPACs y ordenadores públicos (sin olvidar la limitación del 30% del aforo); y el préstamo interbibliotecario limitado.

En relación con el préstamo de obras, una vez se procedan a su devolución, deberán sufrir una cuarentena de un mínimo de catorce días. Evidentemente, la norma ha seguido las recomendaciones que publicó Arsenio Sánchez Hernampérez (conservador de la Biblioteca Nacional) en el post «Cómo actuar con los libros ante el riesgo de contagio por COVID -19«, cuyo mensaje se podría resumir en «no hay mejor desinfectante para las obras impresas que el tiempo«.

No obstante, no entiendo por qué es necesario aislar durante tanto tiempo los libros/revistas impresas si los investigadores afirman que el virus puede permanecer en estas superficies un máximo de cinco días. El propio post de la BNE referencia, a modo de ejemplo para aportar esta cifra, el artículo «Persistence of coronaviruses on inanimate surfaces and their inactivation with biocidal agents» de G. Kampf en el Journal of Hospital Infection.

Considero que catorce días podría ser un problema para aquellas bibliotecas privadas especializadas que no disponen de varios ejemplares de una misma obra. La perspicacia del bibliotecario tendrá que ser fundamental para solventar este problema.

Tras la revisión de la normativa aplicable, me hago la siguiente pregunta ¿debemos considerar el continente de la biblioteca (el edificio) como un servicio esencial? Aunque desconozco la realidad de las bibliotecas municipales en poblaciones rurales, presupongo que en esos casos, las bibliotecas sí son esenciales ya que proporcionan a la comunidad servicios sociales básicos (Internet, talleres de lectura y fomento del conocimiento, ayuda al ciudadano, etc.)

Sin embargo, pienso que, en la situación actual de pandemia, el resto de bibliotecas con unos usuarios posiblemente mejor adaptados a las nuevas tecnologías, podemos esperar un poco más a que escampe el temporal. Durante el confinamiento hemos confirmado que podemos seguir dando servicio de manera telemática, ello no significa que en contadas ocasiones no haya echado de menos tener a mano uno o dos libros para poder resolver alguna duda bibliográfica. La fuerte apuesta por materiales digitales ha reducido a anecdótico estas situaciones.

Estas y otras ideas fueron debatidas durante la primera sesión de los «Laboratorios bibliotecarios en confinamiento«, un proyecto del Ministerio de Cultura y Deporte para reflexionar sobre el impacto de la pandemia  en las bibliotecas y las posibles respuestas a los retos futuros. La próxima sesión será el martes 19 de mayo. ¡No te la pierdas!

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